sábado, septiembre 30, 2006

La Banda y la bicicleta

Fuimos a buscar la bici tándem a la bicicletería, y de paso, salimos a dar una vuelta: Gloria, Victoria y yo.
En el parque de la terminal, una banda con bastoneras y todo desfilaba y tocaba, en ese orden - cinético espectáculo, más que musical - y aprovechamos para quedarnos un momento a verlo.
Luego del complicado cruce de calle - el que conozca esa esquina ya sabrá - dejamos la bici en el pasto y nos confundimos entre la gente.
Tubas, saxos, redoblantes, bombos, flautas traversas, clarinetes y hasta un xilofón recorrían pasto y vereda, en errática trayectoria; la gente sacaba fotos; yo de vez en cuando le nombraba a Victoria los instrumentos.
En uno de esos giros coreográficos, la banda de unos 40 muchachos/as, encaró para la vereda, más exactamente un poquito más allá de donde estaba recostada nuestra aparatosa bici, con bocinita de Winnie Pooh y todo.
Nosotros quedamos de un lado de la banda, y del otro la bici.
-¿No irán para donde está la bici?- me preguntó Gloria con cara de sorpresa.
-No. Van a doblar antes.- respondí sin entender cómo era la coreografía en cuestión, porque para mí era improvisada.
Efectivamente, la profesora y alguna gente que estaba del otro lado ayudaron a correrla. Yo me preguntaba por qué no doblaron por otro lado. También había un busto de un señor que no me acuerdo cómo se llama y le pasaron por ambos lados ya que correrlo requería de intervenciones más complicadas.
Terminó la función con éxito, y con calor por parte de los uniformados.
Nosotros dejamos que la gente se fuera, y luego, como quien no quiere la cosa, nos subimos a la bici y volvimos a casa.

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