Qué ejemplo!

Diálogo a la hora despertarse para ir al jardín:

Vic: - ¿Y el papá?
Mamá: -Está durmiendo.
Vic: - ¿Por qué?
Mamá: - Porque se quedó toda la noche trabajando.
Victoria sonríe y se queda callada. Vaya a saber qué ideas recorren esa cabecita en ese estado de somnolencia, como para que luego agregue:
- ¡Qué trabajador el papá!

Menos mal que uno sabe...

Como nos parece importante el proceso de aprendizaje de todo niño, transcribo un petit diálogo ocurrido entre la niña, 3 años, y su padre, 32. Para que sirva de ejemplo:

-¡oh, no! Esta lapicera no escribará!
padre de experiencia, y confianza en sus propios conocimientos se da vuelta y le pregunta correctoramente a la niña:
-¿No escribi?

...

¡Aprendan, educadores!

Esos momentos indescriptibles...

Volvimos de comer en la casa de la bisabuela de la Vic. Mucho silencio en la casa. No se escuchaba ni a Victoria ni a la Lola. Mala señal.
- Me hice un sánguche; no le pedí a nadie.- Dijo Victoria. Venía de la cocina con un pan de viena con mayonesa. Se paró orgullosa en medio de ambos, y en un instante, un momento infinitamente pequeño, la Lola vino corriendo de la cocina también y de las manos de la pequeña arrebató la mitad del pan. Victoria se quedó quieta como nunca, y luego de la sorpresa sacó la lengua en señal de bronca y le intentó agarrar el hocico como diciéndole "Te voy a dar, hija de una gran perra...".

Luego del ataque de risa, pudimos escribir esto.