Hora de leer el cuento. Estamos en un período de abandono mamaderil.
Victoria pide una leche, pero en vaso. Mientras estaba sentada en medio de la cama, el vaso procede a resbalarse y dar una vuelta completa y cae en el piso, mitad sobre una revista, mitad repartida entre el colchón y el camisón de la implicada.
Sin dejar de despotricar, y dar explicaciones de padre de que hay que ser más cuidadoso, etc. etc. con ceño fruncido y todo, cuando ya limpiamos, pusimos la revista a secar, llevamos el vaso a la cocina, cambiamos a la pequeña y todo esto sin que ella abriera la boca, ella alega literalmente y midiendo sus palabras, en su descargo:
"A cualquiera le puede pasar un accidente."
Veredicto: inocente. Qué le vamoacé.