martes, enero 22, 2008

Lógica

Se nos escapó la perra salvaje de los montes salvajes. Desesperación absoluta y unánime. No está en el patio de atrás. No está adelante. Ni abajo de las camas ni en el ropero (ya no entra).
Sale madre con hija a cuestas a buscarla. Hasta la plaza de la esquina. Yo salgo y cierro con llave y me voy para el otro lado. "Looooola, lolaaaaa"; "loli, loli loliiiiii".

Nada.

Ni rastros.

La madre da la vuelta a la manzana, y nos volvemos a encontrar con cara de desesperación al tiempo que la hija de una gran perra cruza la calle desde la casa del frente, y entra como quien no quiere la cosa, directamente a la cucha en la cocina, y mueve la cola.

Le gusta jugar con el perrito de enfrente. La quiero acogotar.

Después me contaron la charla que tuvieron durante la búsqueda:

-"Looooola, lolaaaaa" - dijo la madre
-¿por qué la buscamos? - inquirió la pequeña.
-Porque no tiene a dónde ir, no tiene casa.
-¿No tiene casa? ¡Y que vaya a un hotel!

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