miércoles, enero 16, 2008

Un ejemplo

8:10: Suena el despertador. Me levanto como nunca, a la primera. Respiro profundamente, salgo de la pieza sin hacer ruido y me siento a laburar.
8:40: Se despierta Gloria, buendía, hago un alto para desayunar.
8:55: Mientras desayunamos, aparece Victoria. Ni buen día, solo dice: "¡Vengan a ver la pieza!!".

Con los ojos muy abiertos, pensando "¡Qué se habrá mandado esta vez!" la seguimos hasta nuestro dormitorio. Llegamos. Señalando la cama hecha un revoltijo, entre misteriosa y desesperada nos dice: "¡Miren!"

Miramos ambos un rato, y me atrevo a preguntar: "¿Qué cosa? ¿Qué pasó?"
Nos mira acusadora: "No está hecha."

Se da vuelta y esa pequeñez envuelta en camisoncito que no llega al metro de altura se va velozmente a su pieza, y con toda la voluntad del mundo tiende su cama ante nuestra avergonzada mirada. Obviamente tuvimos que tender la cama.


Corolario: Cuando terminamos de tender la cama la llamamos.
"¿Así está bien?"
En seguida se agachó, juntó un almohadon del piso diciendo "Falta esto..." y lo puso en la cabecera de la cama. Después se fué a seguir haciendo su cama.

No hay comentarios.: